Nacido el 18 de septiembre de 1971 en Carlos Paz. entiende que “en los últimos años se dieron muchas cosas para que me sienta más armado. En lo profesional hubo una búsqueda, que tuvo mucho que ver con AM -que conduce junto a Verónica Lozano, a las 9.30, por Telefe-, con el formato de magazine en vivo. El humor, la soltura y la simpatía ya estaban incorporados en mi estilo, pero el género me llevó a buscar por otros caminos. Empecé a meterme con temas con los que no me había metido, como el cine, el teatro, la actualidad política, me entrené y me perfeccioné en el inglés... Abordé en profundidad cuestiones que antes tocaba por encima. Ahora me siento mejor parado para encarar la realidad. Pensá que yo venía del entretenimiento puro y crudo, como Adivina adivinador o La guerra de los sexos ”.
A 18 años de su desembarco en Buenos Aires -viajó con 22 años, un puñado de ilusiones arrugadas en un bolso y “un VHS bien cuidado”-, siente que “sigo siendo el de antes, hinchabolas , molesto, divertido, terco, perseverante, buen amigo... pero más maduro. Bueno, si a los 40 siguiera igual que a los 20, algo andaría mal. Llevo en la sangre el alma jodona del cordobés y me gusta que se note, pero en varias cosas descubro un avance. Entre los 30 y los 40 se pulió, se mejoró algo... Como que me veo distinto, sin dejar de ser el mismo”, juega con las palabras Leo Montero, el animador de las mañanas televisivas, que sabe ponerse serio sin perder la gracia.